Walking City – Plug‐in‐City – Living City (Archigram).
La diferencia expresada por esta nueva oposición establece una gradación evolutiva que podemos vincular análogamente a la sucesión de los tres entornos.
Para ilustrarla hemos seleccionado tres de los proyectos más representativos del grupo Archigram, que siguen, como veremos, la misma secuencia gradual en cuanto al concepto de ciudad.

Walking City era un proyecto teórico, destinado a provocar irónicamente una reflexión en torno a las posibles influencias de la tecnología en la forma final de nuestras ciudades. Si bien es un ejemplo de sumisión ante la máquina, responde a las formas de movimiento que Echeverría atribuye a E1:
“En el primer entorno se mueven cuerpos materiales, conforme a las leyes de la física (…). El viento, los ríos, las corrientes marinas son otras tantas variantes de movimiento natural, que han sido utilizadas por las plantas, los animales y los seres humanos para reproducirse, hacer migraciones, obtener energía y transportar objetos y mercancías (…). Moverse en E1 es adaptarse a las condiciones naturales de los escenarios correspondientes”. (*)
Y en efecto, Walking City se comporta como un ser vivo que se adapta a las condiciones de su entorno y que transporta en su interior la vida propia de una ciudad.

En Plug‐in‐City, en cambio, observamos unas formas de movimiento más propias del segundo entorno ‐de hecho se trasladan las formas de movimiento de los automóviles y de otros “artificios mecánicos” (*) característicos de E2 a los espacios habitables, que terminan conformando otro tipo de ciudad móvil.

Por último Living City se encuadra en un tipo de ciudad basada en la acumulación de experiencias, entre las que se incluyen las resultantes de la interacción a distancia, esto es, a través del tercer entorno.
“En el tercer entorno no se mueven cuerpos materiales, sino representaciones electrónicas artificialmente construidas. Las vías de comunicación siguen teniendo una base física y material (electrones, ondas, cables, etc.), pero su construcción y mantenimiento es estrictamente tecnocientífica. La metáfora de las autopistas de la información, hoy en día declinante, ilustra la tentativa de pensar los flujos del tercer entorno desde el modelo del segundo. Sin embargo, las diferencias son radicales, sobre todo por lo que respecta a lo trans‐portado”. (*)
(*) Los señores del aire: Telépolis y el tercer entorno. Javier Echeverría (1999).
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